Campeón de polo, piloto de B-52, ganador de carreras para Ferrari, toda una vida llena de aventuras que se llevará al cine. Porfirio Rubirosa, del que dicen que inspiró a Ian Fleming para escribir el personaje de James Bond.
Porfirio Rubirosa junto a Zsa Zsa Gabor en Nueva York Pocas vidas han resultado ser tan intensas y emocionantes como la de este personaje del que se conoce muy poco. Nacido en Santo Domingo, en 1909, Porfirio Rubirosa era hijo de un militar dominicano y de una española.
A su padre, le destinaron como jefe de la delegación diplomática de Santo Domingo en Francia, con lo que se trasladaron a París cuando Porfirio sólo tenía seis años de edad.
En París, Porfirio crecería junto con la nueva ola bohemia y cosmopolita que acechaba Francia en los años veinte.
Un ambiente que fue determinante para el carácter y la personalidad de este personaje, adorado, querido y respetado por todo aquel a quien trataba. Dicen que su don de gentes, su simpatía y cercanía, fueron determinantes para el éxito de sus relaciones sociales y laborales.
No era especialmente alto ni demasiado guapo, pero su persistencia le hacía conseguir todo lo que se proponía.
En 1926, los padres de Porfirio dejaron Francia para trasladarse a Londres aunque en esta ocasión, Porfirio que ya contaba con diecisiete años de edad, decidió quedarse en Francia, concretamente en Calais, donde conoció y fraguó una gran amistad con el príncipe Ali Khan, que duraría el resto de su vida.
A finales de la década de los veinte, el padre de Porfirio enfermó y su familia dejó Londres para regresar a Santo Domingo. Durante este periodo, el padre de Porfirio dejó de transferirle dinero y Porfirio comenzó así su carrera organizando combates de boxeo.
Ya en 1930, el padre de Porfirio perfiló el final de su vida al mismo tiempo que el dictador dominicano, Rafael Trujillo, se hacía con el poder de la isla.
Porfirio regresó entonces a Santo Domingo y aprovechó sus influencias para conseguir un puesto de consejero en la cúpula del recién ascendido Trujillo. Dicen que el dictador se quedó entusiasmado de la fuerte personalidad de Rubirosa.
Tras estar dos años trabajando con Trujillo, Porfirio comenzó un romance con la hija de éste, Flor de Oro Trujillo, que finalizó en boda en 1932.
De esta relación se ha especulado mucho. Algunos biógrafos mantienen que Trujillo no se llevaba bien con Rubirosa y mucho menos desde que empezó el romance con Flor de Oro.
Otros en cambio afirman, que Rafael Trujillo aprovechó las conexiones que tenía Rubirosa para establecer buenos contactos en Europa.
Finalmente, Trujillo envió a Rubirosa a Alemania, como máximo responsable de la embajada dominicana en Alemania, lo que le aportó a Rubirosa, el aliciente que le faltaba para codearse con las más altas personalidades de la diplomacia y el poder europeo de la época.
En 1938, Rafael Trujillo destituyó a Rubirosa tras confirmar una infidelidad del galán en Alemania, con lo que le declaró “persona non grata” en Santo Domingo, además de apartarle de su cargo.
Fue en este momento en el que comenzó a fraguarse la fama de conquistador allá por donde pasaba. Siempre tuvo un don especial y más aún, con las personas del sexo opuesto.
En 1940, Rubirosa conoció en una fiesta a Danielle Derriaux, actriz de moda en la época de entrguerras y con la que se casó, por segunda vez, en Vichy, Francia, en 1942.
Este matrimonio permitió que Rubirosa se diera a conocer en el mundo del espectáculo internacional aunque no duró demasiado.
La actriz pasaba mucho tiempo viajando de rodaje en rodaje, Rubirosa conoció una noche a la periodista Doris Ducke, quien además de ser una gran profesional, poseía una de las mayores fortunas del mundo.
Rubirosa finalmente se separó de Danielle y se volvió a casar con Doris Ducke. Para este momento, Rubirosa era conocido por toda la “jet set” internacional. La fama de “caza fortunas” se extendió un poco e incluso el FBI obligó a Rubirosa a firmar un papel por el que renunciaba a la fortuna de Duke en caso de infidelidades.
La pareja se instaló en el palacio que Doris poseía en París, en el 46 de la rue Bellechase donde vivieron varios años de los que fueron recordadas sus famosas fiestas, con invitados como Ava Gadner, John Kennedy, el Majarahá de Jaipur, Frank Sinatra, etc.
“Rubí” como le conocían sus más allegados, continuó su ritmo de vida, entre París, Berlín, Roma, Madrid y Sotogrande hasta que Trujillo, se reconcilió con él e intentó dejar de lado sus rencillas por el matrimonio fallido de “Rubí” con su hija Flor de Oro.
El dictador, ofreció a Porfirio la embajada del mundo que más le gustara, y éste, dada su creciente afición por el deporte del polo, le contestó a Trujillo que le gustaría ser embajador en Argentina, capital mundial de este deporte.
Durante su época en Argentina “Rubí” se dedicó exclusivamente a jugar al polo y a pilotar aviones, otra de sus pasiones.
Fue aquí donde hizo célebre una de sus frases que algunos dicen fue por lo que Trujillo volvió a indignarse con él y le quitó la embajada en Buenos Aires, “No me sobra tiempo para trabajar”.
Tras cesarle, “Rubí” volvió a París aunque se encontró un panorama que ni el mismo podía imaginar. Su mujer, Doris Duke, harta de sus infidelidades se divorció de él, no sin antes, darle el palacio donde vivían, un avión privado y una asignación de 25.000 dólares anuales.
“Rubí” dejó entonces Europa y se trasladó a Nueva York, donde vivió en el Hotel Plaza, la mayor parte del tiempo.
En esta época, ya entrado en los años 50, Porfirio conoció a Zsa Zsa Gabor, que aunque no llegó a casarse con ella, dicen que fue su gran amor.
Esta época se caracterizó por las fiestas en Hoolywood y por una inestabilidad emocional que se mostró en sus muchos deslices amorosos.
Después de Zsa ZSa conoció a Bárbara Hutton, propietaria de los almacenes Wolwoorth´s y de la que dicen fue, la mujer negocio de Porfirio Rubirosa.
Tras separarse de ella, Bárbara le dejó con 3 millones de dólares, un avión privado, una hacienda en Santo Domingo, 15 yeguas de polo y varios coches de lujo.
Trujillo, volvió a reconciliarse con él y le concedió la embajada en Cuba aunque no fue muy bien recibido por el pueblo cubano con lo que “Rubí” decidió volver a Europa para dedicarse a sus pasiones, los coches y el polo.
Fichó como piloto para la casa Ferrari y participó en varias ocasiones en la carrera del circuito de Le Mans. Tuvo otros romances sonados como con Ava Gadner, Dolores del Río, Marilyn Monroe, Eva Perón, Ryta Hayworth, Kim Novak o Verónica Lane, pero no dejaron de ser más que encuentros esporádicos.
Finalmente, el hombre al que Sinatra mandaba su avión para que acudiera a verle actuar, amigo de Sammy Davis Jr, del dictador Trujillo, Truman Capote o del que dicen que Ian Fleming se inspiró para crear el personaje de James Bond, murió en 1965 de un accidente de tráfico en el parque Bosques de Bolonge de París.
“Rubí” acababa de vencer en el campeonato de polo Coupe de France y se estrelló con su Ferrari contra un árbol. Comenzó a correr un rumor que la CIA fue quien manipuló los frenos del coche de “Rubí” por que comenzaba una relación con la hermana de John Kennedy, Pat.
Como todos los rumores, nunca sabremos su veracidad, pero si es cierto que la vida de Porfirio Rubirosa, es digna de un largometraje.
En el papel de “Rubí” destaca el actor Antonio Banderas que también participa como productor ejecutivo del film. El papel de Flor de Oro Trujillo, posiblemente sea para la actriz Eva Longoria. La película estará dirigida por el director Luis Mandoki.
Hace unos años, la vida de Porfirio Rubirosa, ya fue recogida en un libro, "El último playboy", escrito por el periodista y escritor, Jaime Royo-Villanova.
El libro recoge el lado más personal de "Rubí", desde sus primeros años como "buscavidas" en París, hasta las amistades y personalidades con las que se codeaba.
Esperaremos la salida del largometraje, para ver un poco más de cerca la vida de este genial personaje.
Porfirio Rubirosa junto a Zsa Zsa Gabor en Nueva York Pocas vidas han resultado ser tan intensas y emocionantes como la de este personaje del que se conoce muy poco. Nacido en Santo Domingo, en 1909, Porfirio Rubirosa era hijo de un militar dominicano y de una española.
A su padre, le destinaron como jefe de la delegación diplomática de Santo Domingo en Francia, con lo que se trasladaron a París cuando Porfirio sólo tenía seis años de edad.
En París, Porfirio crecería junto con la nueva ola bohemia y cosmopolita que acechaba Francia en los años veinte.
Un ambiente que fue determinante para el carácter y la personalidad de este personaje, adorado, querido y respetado por todo aquel a quien trataba. Dicen que su don de gentes, su simpatía y cercanía, fueron determinantes para el éxito de sus relaciones sociales y laborales.
No era especialmente alto ni demasiado guapo, pero su persistencia le hacía conseguir todo lo que se proponía.
En 1926, los padres de Porfirio dejaron Francia para trasladarse a Londres aunque en esta ocasión, Porfirio que ya contaba con diecisiete años de edad, decidió quedarse en Francia, concretamente en Calais, donde conoció y fraguó una gran amistad con el príncipe Ali Khan, que duraría el resto de su vida.
A finales de la década de los veinte, el padre de Porfirio enfermó y su familia dejó Londres para regresar a Santo Domingo. Durante este periodo, el padre de Porfirio dejó de transferirle dinero y Porfirio comenzó así su carrera organizando combates de boxeo.
Ya en 1930, el padre de Porfirio perfiló el final de su vida al mismo tiempo que el dictador dominicano, Rafael Trujillo, se hacía con el poder de la isla.
Porfirio regresó entonces a Santo Domingo y aprovechó sus influencias para conseguir un puesto de consejero en la cúpula del recién ascendido Trujillo. Dicen que el dictador se quedó entusiasmado de la fuerte personalidad de Rubirosa.
Tras estar dos años trabajando con Trujillo, Porfirio comenzó un romance con la hija de éste, Flor de Oro Trujillo, que finalizó en boda en 1932.
De esta relación se ha especulado mucho. Algunos biógrafos mantienen que Trujillo no se llevaba bien con Rubirosa y mucho menos desde que empezó el romance con Flor de Oro.
Otros en cambio afirman, que Rafael Trujillo aprovechó las conexiones que tenía Rubirosa para establecer buenos contactos en Europa.
Finalmente, Trujillo envió a Rubirosa a Alemania, como máximo responsable de la embajada dominicana en Alemania, lo que le aportó a Rubirosa, el aliciente que le faltaba para codearse con las más altas personalidades de la diplomacia y el poder europeo de la época.
En 1938, Rafael Trujillo destituyó a Rubirosa tras confirmar una infidelidad del galán en Alemania, con lo que le declaró “persona non grata” en Santo Domingo, además de apartarle de su cargo.
Fue en este momento en el que comenzó a fraguarse la fama de conquistador allá por donde pasaba. Siempre tuvo un don especial y más aún, con las personas del sexo opuesto.
En 1940, Rubirosa conoció en una fiesta a Danielle Derriaux, actriz de moda en la época de entrguerras y con la que se casó, por segunda vez, en Vichy, Francia, en 1942.
Este matrimonio permitió que Rubirosa se diera a conocer en el mundo del espectáculo internacional aunque no duró demasiado.
La actriz pasaba mucho tiempo viajando de rodaje en rodaje, Rubirosa conoció una noche a la periodista Doris Ducke, quien además de ser una gran profesional, poseía una de las mayores fortunas del mundo.
Rubirosa finalmente se separó de Danielle y se volvió a casar con Doris Ducke. Para este momento, Rubirosa era conocido por toda la “jet set” internacional. La fama de “caza fortunas” se extendió un poco e incluso el FBI obligó a Rubirosa a firmar un papel por el que renunciaba a la fortuna de Duke en caso de infidelidades.
La pareja se instaló en el palacio que Doris poseía en París, en el 46 de la rue Bellechase donde vivieron varios años de los que fueron recordadas sus famosas fiestas, con invitados como Ava Gadner, John Kennedy, el Majarahá de Jaipur, Frank Sinatra, etc.
“Rubí” como le conocían sus más allegados, continuó su ritmo de vida, entre París, Berlín, Roma, Madrid y Sotogrande hasta que Trujillo, se reconcilió con él e intentó dejar de lado sus rencillas por el matrimonio fallido de “Rubí” con su hija Flor de Oro.
El dictador, ofreció a Porfirio la embajada del mundo que más le gustara, y éste, dada su creciente afición por el deporte del polo, le contestó a Trujillo que le gustaría ser embajador en Argentina, capital mundial de este deporte.
Durante su época en Argentina “Rubí” se dedicó exclusivamente a jugar al polo y a pilotar aviones, otra de sus pasiones.
Fue aquí donde hizo célebre una de sus frases que algunos dicen fue por lo que Trujillo volvió a indignarse con él y le quitó la embajada en Buenos Aires, “No me sobra tiempo para trabajar”.
Tras cesarle, “Rubí” volvió a París aunque se encontró un panorama que ni el mismo podía imaginar. Su mujer, Doris Duke, harta de sus infidelidades se divorció de él, no sin antes, darle el palacio donde vivían, un avión privado y una asignación de 25.000 dólares anuales.
“Rubí” dejó entonces Europa y se trasladó a Nueva York, donde vivió en el Hotel Plaza, la mayor parte del tiempo.
En esta época, ya entrado en los años 50, Porfirio conoció a Zsa Zsa Gabor, que aunque no llegó a casarse con ella, dicen que fue su gran amor.
Esta época se caracterizó por las fiestas en Hoolywood y por una inestabilidad emocional que se mostró en sus muchos deslices amorosos.
Después de Zsa ZSa conoció a Bárbara Hutton, propietaria de los almacenes Wolwoorth´s y de la que dicen fue, la mujer negocio de Porfirio Rubirosa.
Tras separarse de ella, Bárbara le dejó con 3 millones de dólares, un avión privado, una hacienda en Santo Domingo, 15 yeguas de polo y varios coches de lujo.
Trujillo, volvió a reconciliarse con él y le concedió la embajada en Cuba aunque no fue muy bien recibido por el pueblo cubano con lo que “Rubí” decidió volver a Europa para dedicarse a sus pasiones, los coches y el polo.
Fichó como piloto para la casa Ferrari y participó en varias ocasiones en la carrera del circuito de Le Mans. Tuvo otros romances sonados como con Ava Gadner, Dolores del Río, Marilyn Monroe, Eva Perón, Ryta Hayworth, Kim Novak o Verónica Lane, pero no dejaron de ser más que encuentros esporádicos.
Finalmente, el hombre al que Sinatra mandaba su avión para que acudiera a verle actuar, amigo de Sammy Davis Jr, del dictador Trujillo, Truman Capote o del que dicen que Ian Fleming se inspiró para crear el personaje de James Bond, murió en 1965 de un accidente de tráfico en el parque Bosques de Bolonge de París.
“Rubí” acababa de vencer en el campeonato de polo Coupe de France y se estrelló con su Ferrari contra un árbol. Comenzó a correr un rumor que la CIA fue quien manipuló los frenos del coche de “Rubí” por que comenzaba una relación con la hermana de John Kennedy, Pat.
Como todos los rumores, nunca sabremos su veracidad, pero si es cierto que la vida de Porfirio Rubirosa, es digna de un largometraje.
En el papel de “Rubí” destaca el actor Antonio Banderas que también participa como productor ejecutivo del film. El papel de Flor de Oro Trujillo, posiblemente sea para la actriz Eva Longoria. La película estará dirigida por el director Luis Mandoki.
Hace unos años, la vida de Porfirio Rubirosa, ya fue recogida en un libro, "El último playboy", escrito por el periodista y escritor, Jaime Royo-Villanova.
El libro recoge el lado más personal de "Rubí", desde sus primeros años como "buscavidas" en París, hasta las amistades y personalidades con las que se codeaba.
Esperaremos la salida del largometraje, para ver un poco más de cerca la vida de este genial personaje.
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