Santo Domingo. La Junta Central Gubernativa ha designado al Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, como adjunto del general Pedro Santana en los ejércitos expedicionarios del Sur.
La noticia le fue comunicada al señor Duarte en una carta enviada por la Junta, fechada ayer.
En la misiva, se le ordena su traslado inmediato a Sabana Buey en compañía de su estado mayor y de una división de tropas al mando del teniente Coronel Pedro Alejandrino Pina.
La orden dada a Duarte se justifica en la necesidad de que "además del Jefe del Ejército Expedicionario General Santana, haya otro oficial superior que pueda reemplazarle y que le ayude y coopere en la defensa de la Patria".
La carta también instruye a Duarte a ponerse de "acuerdo con dicho General Santana para todas las medidas de seguridad y defensa, procurando que sean en armonía con nuestra resolución de ser libres o morir y según los principios que hemos proclamado".
Es evidente que esta carta es la primera reacción oficial al movimiento realizado el día 19 por Santana de retirar sus tropas a Sabana Buey, luego de la espléndida victoria de Azua.
En los círculos políticos de la capital no se ha comprendido bien el movimiento y entre personas ligadas a los círculos trinitarios se ha criticado acremente la medida, tildándola de otra nueva maniobra para justificar la intervención de los franceses en los asuntos internos de los dominicanos.
La carta puede ser también el resultado de la impaciencia del señor Duarte por entrar en acción y ofrecer sus servicios de manera más efectiva a la causa de la independencia. Queda por verse, sin embargo, la forma en que reaccionará el general Santana a esta prueba de desconfianza implícita en la nota y el efecto que la presencia de Duarte tendrá en los cuarteles dominicanos del Sur donde es prácticamente desconocido por los soldados, en su mayoría leales a Santana.
No deja de preocupar, sin embargo, el hecho de que la retirada de Azua, como ha afirmado un testigo de los acontecimientos, ha venido a desvirtuar los efectos de la batalla "quitándole toda su importancia política y militar".
Este hecho inesperado ha alarmado a la Junta Central Gubernativa, que ahora pone en duda la capacidad militar y las aptitudes guerreras del general Santana y le envía un oficial del prestigio del general Duarte, cuya posición con relación a la independencia no está sujeta a dudas.
El puesto de Duarte como Comandante del Departamento de Santo Domingo, será ocupada por el General José Joaquín Puello, uno de los más fervorosos febreristas.
Junta anuncia victorias
Santo Domingo . En un comunicado emitido ayer, la Junta Central Gubernativa da a conocer al pueblo dominicano el inicio de las hostilidades y las primeras victorias de las armas dominicanas en la defensa de su independencia.
Llama la atención, sin embargo, la forma superficial en que está redactado el documento, que no ofrece detalles de los hechos y no hace mención de ningún parte oficial de los encuentros.
El texto del comunicado de la Junta se publica a continuación:
Dios, Patria y Libertad República Dominicana
Santo Domingo y Marzo 21 de 1844, y de la Patria. La Junta Central Gubernativa
Al Pueblo y al ejército. Dominicanos:
Ni la justicia de nuestra causa, ni la conducta noble y generosa que hemos tenido con los haitianos, han sido bastantes para que se nos hubiesen guardado aquellas consideraciones que atrae sobre sí la opinión pública: la voluntad general de los pueblos, siempre respetable, y los principios del derecho de la guerra entre naciones civilizadas.
Los haitianos han provocado las hostilidades, y nos han agredido, sin siquiera hacernos una comunicación, y sin responder a las notas oficiales que hemos dirigido a su Presidente. Tal ha sido el desprecio que han agregado a sus vejaciones anteriores, pensando sin duda que, con su presencia sola, volverían a dominarnos para tratarnos peor que nunca; pero el Omnipotente, que protege nuestra causa ha querido que en tres encuentros que hemos tenido con ellos, en Neiba y Azua, nuestras armas hayan salido vencedoras, principalmente en la jornada del día 19 en que ha sido considerable el número de muertos y heridos de su parte habiéndose visto en la precisión de abandonar el campo después de tres horas de combate.
¡Dominicanos!, si es glorioso para vosotros el haber usado de moderación y de generosidad, ya es un deber correr a las armas, volar a la victoria, unirnos para ser invencibles, defendiendo la Patria, la Libertad, y nuestros derechos.
Viva la Religión!
Viva la República Dominicana!
Vivan los bravos!
El Presidente de la Junta, Bobadilla.- Caminero.- Abreu.- Félix Mercenario.- Carlos Moreno.- J. Tomás Medrano.- Echavarría.- El Secretario de la Junta, S. Pujol.
Hérard ocupa Azua
Azua. Las tropas haitianas han ocupado esta población luego de comprobar que las tropas dominicanas habían abandonado completamente el lugar de su victoria del pasado día 19.
Las tropas de Hérard marcharon por el camino de San Juan hasta la población, luego de ser reforzadas por la columna del general Souffrant que venía de Neyba a marcha forzada para unírsele antes de la batalla. La ausencia de estas tropas en el combate fue un factor decisivo en la victoria dominicana.
Las tropas de Hérard, una vez ocupado el pueblo, procedieron a enterrar a los muertos del combate, que todavía permanecían en el campo de batalla. Inmediatamente después, el presidente Hérard pronunció una arenga a sus tropas, haciéndoles jurar que no cesarán en su empeño de llegar a las puertas de Santo Domingo y derrotar los intentos dominicanos.
Las palabras de Hérard fueron las siguientes: "Soldados, cuento con vuestro valor y con el honor vinculado a vuestras banderas. Azua os abre las puertas de Santo Domingo; marcharéis conmigo hasta esa ciudad rebelde, adonde las viejas tropas del Norte van a rechazar a los insurgentes sordos a la voz de la fraternidad. Jurad, pues, todos, no regresar a vuestros hogares sino después de haber reducido a los perversos que conspiran por la ruina de los hijos de Haití".
Llama la atención, la implícita llamada de atención a las deserciones, uno de los principales problemas que tiene el ejército haitiano en estos momentos y el tratar de levantar la moral de los soldados, que no debe ser muy alta.
Los haitianos desconocían la desocupación de la ciudad de Azua y estaban a la espera de noticias. El Diario de la Independencia ha sabido que los haitianos se enteraron de la desocupación de Azua por "una mujer que regresaba de una peregrinación y que, al atravesar la villa, la encontró solitaria".
El hecho de que los haitianos no se hubieran siquiera molestado en enviar patrullas a explorar la situación, ofrece un estado de la moral de sus comandantes y de su ejército, luego de la derrota del día 19.
La retaguardia dominicana, comandanda por el Coronel Antonio Duvergé, ante la llegada de la columna del general Souffrant, se retiró ordenadamente hacia las escarpadas sierras de El Maniel, por la ruta de Resolí y Las Yayitas, desde donde opera en forma de guerrillas contra los haitianos.
Con esta retirada, el Coronel Duvergé corona su memorable actuación en la batalla de Azua del 19 de marzo y se cubre, nueva vez, de gloria. Tomado del Diario Libre, Diario de la Independencia. Foto de Duarte y Ant. Duverge
La noticia le fue comunicada al señor Duarte en una carta enviada por la Junta, fechada ayer.
En la misiva, se le ordena su traslado inmediato a Sabana Buey en compañía de su estado mayor y de una división de tropas al mando del teniente Coronel Pedro Alejandrino Pina.
La orden dada a Duarte se justifica en la necesidad de que "además del Jefe del Ejército Expedicionario General Santana, haya otro oficial superior que pueda reemplazarle y que le ayude y coopere en la defensa de la Patria".
La carta también instruye a Duarte a ponerse de "acuerdo con dicho General Santana para todas las medidas de seguridad y defensa, procurando que sean en armonía con nuestra resolución de ser libres o morir y según los principios que hemos proclamado".
Es evidente que esta carta es la primera reacción oficial al movimiento realizado el día 19 por Santana de retirar sus tropas a Sabana Buey, luego de la espléndida victoria de Azua.
En los círculos políticos de la capital no se ha comprendido bien el movimiento y entre personas ligadas a los círculos trinitarios se ha criticado acremente la medida, tildándola de otra nueva maniobra para justificar la intervención de los franceses en los asuntos internos de los dominicanos.
La carta puede ser también el resultado de la impaciencia del señor Duarte por entrar en acción y ofrecer sus servicios de manera más efectiva a la causa de la independencia. Queda por verse, sin embargo, la forma en que reaccionará el general Santana a esta prueba de desconfianza implícita en la nota y el efecto que la presencia de Duarte tendrá en los cuarteles dominicanos del Sur donde es prácticamente desconocido por los soldados, en su mayoría leales a Santana.
No deja de preocupar, sin embargo, el hecho de que la retirada de Azua, como ha afirmado un testigo de los acontecimientos, ha venido a desvirtuar los efectos de la batalla "quitándole toda su importancia política y militar".
Este hecho inesperado ha alarmado a la Junta Central Gubernativa, que ahora pone en duda la capacidad militar y las aptitudes guerreras del general Santana y le envía un oficial del prestigio del general Duarte, cuya posición con relación a la independencia no está sujeta a dudas.
El puesto de Duarte como Comandante del Departamento de Santo Domingo, será ocupada por el General José Joaquín Puello, uno de los más fervorosos febreristas.
Junta anuncia victorias
Santo Domingo . En un comunicado emitido ayer, la Junta Central Gubernativa da a conocer al pueblo dominicano el inicio de las hostilidades y las primeras victorias de las armas dominicanas en la defensa de su independencia.
Llama la atención, sin embargo, la forma superficial en que está redactado el documento, que no ofrece detalles de los hechos y no hace mención de ningún parte oficial de los encuentros.
El texto del comunicado de la Junta se publica a continuación:
Dios, Patria y Libertad República Dominicana
Santo Domingo y Marzo 21 de 1844, y de la Patria. La Junta Central Gubernativa
Al Pueblo y al ejército. Dominicanos:
Ni la justicia de nuestra causa, ni la conducta noble y generosa que hemos tenido con los haitianos, han sido bastantes para que se nos hubiesen guardado aquellas consideraciones que atrae sobre sí la opinión pública: la voluntad general de los pueblos, siempre respetable, y los principios del derecho de la guerra entre naciones civilizadas.
Los haitianos han provocado las hostilidades, y nos han agredido, sin siquiera hacernos una comunicación, y sin responder a las notas oficiales que hemos dirigido a su Presidente. Tal ha sido el desprecio que han agregado a sus vejaciones anteriores, pensando sin duda que, con su presencia sola, volverían a dominarnos para tratarnos peor que nunca; pero el Omnipotente, que protege nuestra causa ha querido que en tres encuentros que hemos tenido con ellos, en Neiba y Azua, nuestras armas hayan salido vencedoras, principalmente en la jornada del día 19 en que ha sido considerable el número de muertos y heridos de su parte habiéndose visto en la precisión de abandonar el campo después de tres horas de combate.
¡Dominicanos!, si es glorioso para vosotros el haber usado de moderación y de generosidad, ya es un deber correr a las armas, volar a la victoria, unirnos para ser invencibles, defendiendo la Patria, la Libertad, y nuestros derechos.
Viva la Religión!
Viva la República Dominicana!
Vivan los bravos!
El Presidente de la Junta, Bobadilla.- Caminero.- Abreu.- Félix Mercenario.- Carlos Moreno.- J. Tomás Medrano.- Echavarría.- El Secretario de la Junta, S. Pujol.
Hérard ocupa Azua
Azua. Las tropas haitianas han ocupado esta población luego de comprobar que las tropas dominicanas habían abandonado completamente el lugar de su victoria del pasado día 19.
Las tropas de Hérard marcharon por el camino de San Juan hasta la población, luego de ser reforzadas por la columna del general Souffrant que venía de Neyba a marcha forzada para unírsele antes de la batalla. La ausencia de estas tropas en el combate fue un factor decisivo en la victoria dominicana.
Las tropas de Hérard, una vez ocupado el pueblo, procedieron a enterrar a los muertos del combate, que todavía permanecían en el campo de batalla. Inmediatamente después, el presidente Hérard pronunció una arenga a sus tropas, haciéndoles jurar que no cesarán en su empeño de llegar a las puertas de Santo Domingo y derrotar los intentos dominicanos.
Las palabras de Hérard fueron las siguientes: "Soldados, cuento con vuestro valor y con el honor vinculado a vuestras banderas. Azua os abre las puertas de Santo Domingo; marcharéis conmigo hasta esa ciudad rebelde, adonde las viejas tropas del Norte van a rechazar a los insurgentes sordos a la voz de la fraternidad. Jurad, pues, todos, no regresar a vuestros hogares sino después de haber reducido a los perversos que conspiran por la ruina de los hijos de Haití".
Llama la atención, la implícita llamada de atención a las deserciones, uno de los principales problemas que tiene el ejército haitiano en estos momentos y el tratar de levantar la moral de los soldados, que no debe ser muy alta.
Los haitianos desconocían la desocupación de la ciudad de Azua y estaban a la espera de noticias. El Diario de la Independencia ha sabido que los haitianos se enteraron de la desocupación de Azua por "una mujer que regresaba de una peregrinación y que, al atravesar la villa, la encontró solitaria".
El hecho de que los haitianos no se hubieran siquiera molestado en enviar patrullas a explorar la situación, ofrece un estado de la moral de sus comandantes y de su ejército, luego de la derrota del día 19.
La retaguardia dominicana, comandanda por el Coronel Antonio Duvergé, ante la llegada de la columna del general Souffrant, se retiró ordenadamente hacia las escarpadas sierras de El Maniel, por la ruta de Resolí y Las Yayitas, desde donde opera en forma de guerrillas contra los haitianos.
Con esta retirada, el Coronel Duvergé corona su memorable actuación en la batalla de Azua del 19 de marzo y se cubre, nueva vez, de gloria. Tomado del Diario Libre, Diario de la Independencia. Foto de Duarte y Ant. Duverge
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