Se le recibe como héroe, pueblo acude al muelle a recibirlo, ya se habla de nombrarlo padre de la patria.
Duarte llegó en La goleta-bergantín "Leonor", capitaneada por el Almirante Juan Alejandro Acosta, tambien vinieron sus compañeros de exilio Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez.
Santo Domingo, 15 de marzo de 1844. - En una espontánea manifestación de júbilo como no se recuerda en esta ciudad, fue recibido en la mañana de ayer el fundador de la nacionalidad dominicana, Juan Pablo Duarte, a su llegada del exilio…
La goleta-bergantín "Leonor", capitaneada por el Almirante Juan Alejandro Acosta, que lo trajo, fue avistada en la madrugada de ayer, pero no fue sino hasta las siete de la mañana de hoy que entró a puerto. Sin embargo, ya todo el pueblo estaba enterado de la noticia y concurrió al muelle a recibirle.
Junto a Duarte viajan sus compañeros de exilio Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez, así como los miembros de la comisión enviada por la Junta Central Gubernativa expresamente a buscarle.
El primero en aparecer sobre la borda lo fue el señor Duarte, quien fue aclamado por la multitud. Al acercarse a tierra, el Arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Tomás de Portes e Infante, quien se hizo acompañar del clero de la ciudad, lo saludó con un ¡Salve al Padre de la Patria! y lo abrazó. Las tropas presentaban armas, y las cornetas y tambores de las armas dominicanas entonaban un saludo al recién llegado.
Desde la fortaleza se disparó una salva de 21 cañonazos, homenaje de jefe de estado al caudillo de la revolución independentista.
Terminado el recibimiento en el muelle, la comitiva inició la marcha hacia la ciudad entrando por la puerta de San Diego, para tomar la calle de Las Damas y de allí a la calle de El Conde hasta la plaza de armas, donde fue aclamado de nuevo por el pueblo y las tropas y proclamado como jefe del ejército.
De la plaza de armas, se dirigió entonces a la sede del gobierno donde recibió el saludo de todos los miembros de la Junta Central Gubernativa y de antiguos trinitarios y comunicados.
En esa reunión, Duarte, para sorpresa de todos los que no lo conocían, da una muestra extraordinaria de su desprendimiento poniendo su persona al servicio de la independencia sin exigir nada a cambio. Inmediatamente fue designado por la Junta Central Gubernativa, miembro de ella, General de Brigada y Comandante del Departamento de Santo Domingo.
Duarte trajo una pequeña cantidad de pertrechos de Curaçao, que serán de utilidad para la causa de la independencia, ahora que se han abierto las hostilidades en la frontera sur y que el ejército dominicano marcha hacia esas líneas de defensa.
El recibimiento en casa de su madre fue muy emotivo, pues como se sabe, el padre de Duarte, Juan José Duarte, falleció mientras su hijo se encontraba en el exilio. La casa todavía estaba de luto por la pérdida, pero el día de ayer fue día de fiesta en la morada.
Al lamentarse la madre del patricio de que su padre no hubiera podido presenciar el triunfo de las ideas de su hijo, que era su propio triunfo, el Pbro. José Antonio de Bonilla le dijo: "los goces no pueden ser completos en la tierra, y si su esposo viviera sería para Ud. hoy un día de júbilo que sólo se puede disfrutar en el cielo. Dichosa la madre que ha podido dar a la patria un hijo que tanto la honra".
La presencia de Duarte en el país, sin duda, tendrá un importante impacto sobre las negociaciones que se están conduciendo con Francia para buscar su protectorado. Se sabe que Duarte es intransigente en su nacionalismo y que las vacilaciones de algunos de los miembros del grupo trinitario cambiarán a la llegada del líder de la independencia "pura y simple".
Lo que ocurrirá en la Junta Central Gubernativa ahora que Duarte forma parte de ella, no puede ser predicho, pero lo más probable es que los proyectos de protectorado comiencen a navegar en aguas más tormentosas a partir de este momento.
La llegada de Duarte constituye un soberana manifestación del pueblo de que apoya su obra tal como él la idealizó y ésto no puede haber pasado desapercibido a los conservadores miembros de la Junta. Vamos a esperar el desarrollo de los acontecimientos.
Movimientos del ejército haitiano
Nuestros informantes en la frontera Sur nos comunican que ayer, el general Agustín Souffram con su división de unos 10,000 hombres llegó a Neyba, región que estaba controlada por los regimientos 20 y 21, luego de los combates de Cabezas de las Marías.
Por su parte, la división que encabeza el propio presidente Hérard, que viaja por el camino de Las Caobas, pasó por Comendador (Elías Piña), y se acerca a las inmediaciones de San Juan de la Maguana. El comandante de su vanguardia lo es el veterano general Thomas Héctor, y el general Riché lo es de su retaguardia.
Estas informaciones nos hacen pensar que las avanzadas haitianas estarán llegando a Azua alrededor del día 17, si es que no hay algún movimiento de las tropas dominicanas que retarden su marcha.
Esto es muy importante para que el ejército dominicano pueda tomar las mejores posiciones de combate y entablarlo en las condiciones mas apropiadas posibles para las armas dominicanas.
Duarte llegó en La goleta-bergantín "Leonor", capitaneada por el Almirante Juan Alejandro Acosta, tambien vinieron sus compañeros de exilio Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez.
Santo Domingo, 15 de marzo de 1844. - En una espontánea manifestación de júbilo como no se recuerda en esta ciudad, fue recibido en la mañana de ayer el fundador de la nacionalidad dominicana, Juan Pablo Duarte, a su llegada del exilio…
La goleta-bergantín "Leonor", capitaneada por el Almirante Juan Alejandro Acosta, que lo trajo, fue avistada en la madrugada de ayer, pero no fue sino hasta las siete de la mañana de hoy que entró a puerto. Sin embargo, ya todo el pueblo estaba enterado de la noticia y concurrió al muelle a recibirle.
Junto a Duarte viajan sus compañeros de exilio Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez, así como los miembros de la comisión enviada por la Junta Central Gubernativa expresamente a buscarle.
El primero en aparecer sobre la borda lo fue el señor Duarte, quien fue aclamado por la multitud. Al acercarse a tierra, el Arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Tomás de Portes e Infante, quien se hizo acompañar del clero de la ciudad, lo saludó con un ¡Salve al Padre de la Patria! y lo abrazó. Las tropas presentaban armas, y las cornetas y tambores de las armas dominicanas entonaban un saludo al recién llegado.
Desde la fortaleza se disparó una salva de 21 cañonazos, homenaje de jefe de estado al caudillo de la revolución independentista.
Terminado el recibimiento en el muelle, la comitiva inició la marcha hacia la ciudad entrando por la puerta de San Diego, para tomar la calle de Las Damas y de allí a la calle de El Conde hasta la plaza de armas, donde fue aclamado de nuevo por el pueblo y las tropas y proclamado como jefe del ejército.
De la plaza de armas, se dirigió entonces a la sede del gobierno donde recibió el saludo de todos los miembros de la Junta Central Gubernativa y de antiguos trinitarios y comunicados.
En esa reunión, Duarte, para sorpresa de todos los que no lo conocían, da una muestra extraordinaria de su desprendimiento poniendo su persona al servicio de la independencia sin exigir nada a cambio. Inmediatamente fue designado por la Junta Central Gubernativa, miembro de ella, General de Brigada y Comandante del Departamento de Santo Domingo.
Duarte trajo una pequeña cantidad de pertrechos de Curaçao, que serán de utilidad para la causa de la independencia, ahora que se han abierto las hostilidades en la frontera sur y que el ejército dominicano marcha hacia esas líneas de defensa.
El recibimiento en casa de su madre fue muy emotivo, pues como se sabe, el padre de Duarte, Juan José Duarte, falleció mientras su hijo se encontraba en el exilio. La casa todavía estaba de luto por la pérdida, pero el día de ayer fue día de fiesta en la morada.
Al lamentarse la madre del patricio de que su padre no hubiera podido presenciar el triunfo de las ideas de su hijo, que era su propio triunfo, el Pbro. José Antonio de Bonilla le dijo: "los goces no pueden ser completos en la tierra, y si su esposo viviera sería para Ud. hoy un día de júbilo que sólo se puede disfrutar en el cielo. Dichosa la madre que ha podido dar a la patria un hijo que tanto la honra".
La presencia de Duarte en el país, sin duda, tendrá un importante impacto sobre las negociaciones que se están conduciendo con Francia para buscar su protectorado. Se sabe que Duarte es intransigente en su nacionalismo y que las vacilaciones de algunos de los miembros del grupo trinitario cambiarán a la llegada del líder de la independencia "pura y simple".
Lo que ocurrirá en la Junta Central Gubernativa ahora que Duarte forma parte de ella, no puede ser predicho, pero lo más probable es que los proyectos de protectorado comiencen a navegar en aguas más tormentosas a partir de este momento.
La llegada de Duarte constituye un soberana manifestación del pueblo de que apoya su obra tal como él la idealizó y ésto no puede haber pasado desapercibido a los conservadores miembros de la Junta. Vamos a esperar el desarrollo de los acontecimientos.
Movimientos del ejército haitiano
Nuestros informantes en la frontera Sur nos comunican que ayer, el general Agustín Souffram con su división de unos 10,000 hombres llegó a Neyba, región que estaba controlada por los regimientos 20 y 21, luego de los combates de Cabezas de las Marías.
Por su parte, la división que encabeza el propio presidente Hérard, que viaja por el camino de Las Caobas, pasó por Comendador (Elías Piña), y se acerca a las inmediaciones de San Juan de la Maguana. El comandante de su vanguardia lo es el veterano general Thomas Héctor, y el general Riché lo es de su retaguardia.
Estas informaciones nos hacen pensar que las avanzadas haitianas estarán llegando a Azua alrededor del día 17, si es que no hay algún movimiento de las tropas dominicanas que retarden su marcha.
Esto es muy importante para que el ejército dominicano pueda tomar las mejores posiciones de combate y entablarlo en las condiciones mas apropiadas posibles para las armas dominicanas.
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