domingo, 13 de diciembre de 2009

Juan Pablo Duarte aporta sus bienes a la Independencia

Escribe carta a sus familiares desde Curaçao pidiéndoles que entreguen sus bienes a la causa de la Independencia.

Curaçao, 4 de febrero de 1844. En un gesto sin precedentes en la historia del país, el líder del movimiento independentista, Juan Pablo Duarte, ahora exiliado en esta isla, ha resuelto donar sus bienes y los de su familia, a la causa de la independencia.

En una carta que enviara en fecha de hoy a su familia en la ciudad de Santo Domingo, Duarte pide a su madre y hermanos “que ustedes de mancomún conmigo y nuestro hermano Vicente, ofreceremos en aras de la Patria lo que a costa de amor y trabajo de nuestro finado padre hemos heredado”.

La solicitud, que sabemos constituirá un tremendo golpe de efecto sicológico entre los integrantes del movimiento emancipador, es una última muestra del desprendimiento y del sentido patriótico del que ya es considerado Padre de la Patria por la juventud de Santo domingo.

En la correspondencia, cuyo texto aparece en otro lugar de esta edición, Duarte afirma que “independizada la Patria, puedo hacerme cargo del almacén, y heredero del ilimitado crédito de mi padre y de sus conocimientos en el ramo de la marina, nuestros negocios mejorarán…”

Como puede verse, Duarte tiene una confianza absoluta en el triunfo de su idea de libertad y en la suerte de este país, pues se compromete a realizar todos los esfuerzos para rescatar las propiedades de su difunto padre luego de proclamada la emancipación.

El padre de Duarte, el comerciante Juan José Duarte, falleció el 25 de noviembre de 1843, cuando ya el fundador de La Trinitaria se encontraba exiliado a consecuencia de la persecución desatada en su contra por las autoridades haitianas, conocedoras de sus planes de emancipación patria.

La primera solicitud de ayuda a Duarte para los propósitos independentistas ocurrió a finales del año pasado de1843, cuando Francisco del Rosario Sánchez le envió una carta secreta, de la cual El Diario de la Independencia ha obtenido copia.

El texto de la mencionada carta dice así: “Juan Pablo Duarte: con el señor José Ramón Chaves Hernández te escribimos imponiéndote del estado político de la ciudad y de la necesidad que tenemos de que nos proporciones auxilios para el triunfo de nuestra causa; ahora aprovechamos la ocasión del señor Buenaventura Freites para repetirte lo que en otras ocasiones te decíamos, por si no han llegado a tus manos.

Después de tu salida todas las circunstancias han sido favorables; de modo que sólo nos ha faltado combinación para haber dado el golpe; a esta fecha los negocios están en el mismo estado que tú los dejaste, por lo que te pedimos, así sea a costa de una estrella del cielo, los efectos siguientes:

2,000 ó 1,000, ó 500 fusiles, a lo menos;
4,000 cartuchos, 21/2 ó 3 quintales de plomo;
500 lanzas o las que puedas conseguir.

En conclusión: lo esencial es un auxilio por pequeño que sea, pues éste es el dictamen de la mayor parte de los encabezados.
Esto conseguido deberás dirigirte al puerto de Guayacanes siempre con la precaución de estar un poco retirado de tierra, como una o dos millas, hasta que se te avise o hagas señas, para cuyo efecto pondrás un gallardete blanco si fuere de día, y si fuere de noche, pondrán encima del palo mayor un farol que lo ilumine todo, procurando, si fuere posible, comunicarlo a Santo Domingo para ir a esperarte a la costa el nueve de Diciembre, o antes, pues es necesario temer la audacia de un tercer partido, o de un enemigo nuestro estando el pueblo tan inflamad.”

Como es sabido, Duarte no pudo obtener los recursos pedidos y el plan de la independencia en diciembre se fue a pique. Quizás este fracaso, motiva la decisión actual del fundador de La Trinitaria de desprenderse de sus bienes y de los de su familia para entregarlos a la causa de la Patria.

Texto de la carta de Duarte a su familia
Curaçao, 4 de febrero de 1844.-
Mi querida madre y hermanos:

El único camino que encuentro para poder reunirme con Ustedes de independizando la Patria. Para conseguirlo se necesitan recursos, supremos recursos, y cuyos recursos son: que Ustedes de mancomúm conmigo y nuestro hermano Vicente, ofrendemos en aras de la Patria lo que a costa de amor y trabajo de nuestro finado padre hemos heredado.

Independizada la Patria, puedo hacerme cargo del almacén, y heredero del ilimitado crédito de nuestro padre y de sus conocimientos en el ramo de marina, nuestros negocios mejorarán, y no tendremos por qué arrepentirnos de habernos mostrado dignos hijos de la Patria.

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